Hablemos del maltrato a la mujer...
Hablar de maltrato a la mujer hoy en día es un tema duro, peliagudo, de relevancia social, pero sobretodo de sensibilidad humana. Sin lugar a dudas el maltrato es sólo la punta del iceberg, debajo de la reluciente e impactante repercusión social se esconde lo realmente importante para aquel que sepa ver mas allá de los hechos y del morbo que desgraciadamente produce. La violencia de género es el síntoma de una sociedad enferma, con unas creencias y valores todavía arcaicos, muy lejanos de alcanzar los derechos humanos fundamentales.La desigualdad entre el hombre y la mujer, la creencia de posesión del sexo masculino sobre el femenino, historia de abuso en la infancia, dependencias, autoestimas empobrecidas... se ocultan detrás de ese grito ó bofetada de la que un día fuiste testigo en plena calle, ó quizás en un espacio más familiar de lo que estés dispuesto a reconocer o aceptar.
Erróneamente a pie de calle se suele hablar de maltrato sólo cuando la violencia física está presente. Sin embargo, el maltrato lleva aparejado siempre un componente psicológico/ emocional. Ciertos comportamientos por parte del agresor lo delatan: amenazas, insultos, humillaciones, tácticas de aislamiento familiar y social, chantaje emocional, cambios de humor cuando la víctima no hace lo dictado por el agresor...Cada uno de estos hechos de forma aislada ya constituyen maltrato.Por otro lado, no olvidemos las agresiones sexuales cometidas dentro del seno familiar, la mayoría de ellas justificadas por la relación marital existente. Una agresión sexual puede ir desde una caricia, hasta la penetración anal/ vaginal asociada al uso de amenazas, insistencia ante la negativa de la pareja, fuerza física, intimidación o engaño.Por tanto, podemos hablar de tres tipos de maltrato: físico, emocional y sexual.
Una mujer maltratada tiene lesionado no sólo su cuerpo sino también inevitablemente su alma. Con una autoestima mermada y un sentimiento profundo de culpabilidad y desesperanza se enfrenta día a día a su infierno particular (muchas veces sin ser consciente del delito al que está siendo sometida). Justifica las agresiones a las que se ve arrastrada en base a su "mal comportamiento" o a condiciones inherentes a su pareja: alcoholismo, estrés, enfermedad mental... Se siente merecedora del trato recibido. En definitiva, está atrapada en una espiral de violencia de la que le resulta casi imposible escapar.
Si ha ocurrido una vez, no ocurrirá másFalso. La violencia doméstica forma parte de una espiral de violencia creciente. Si te pega una vez, lo volverá a hacer.
Los hombres que maltratan son enfermos mentalesFalso. En pocas ocasiones el maltratador está afligido de una enfermedad mental (esquizofrenia, psicosis...). Son conscientes del daño que provocan y responsables de su conducta. No existe un perfil de abusador típico, aunque sí un conjunto de creencias desviadas y de difícil modificación en la base de su personalidad.
Los hombres violentos lo son por naturalezaFalso. La mayoría no lo son fuera de su hogar.
La violencia doméstica la causa el alcohol y otras drogasFalso. El alcohol es una excusa en la que se parapeta el maltratador para justificar su violencia.
Los hombres maltratan porque han sido maltratados en la infanciaFalso. No existe una relación causal. La mayoría de hombres y mujeres abusados en la infancia no abusan en la edad adulta.
A veces se nos hace difícil entender el cómo y el porqué una mujer es capaz de soportar durante años un maltrato físico y psicológico.Un conjunto de factores se conjugan entre sí para sustentar en el tiempo esta situación.Por un lado la dependencia económica, la creencia de que un divorcio es perjudicial para los hijos... pero sobretodo la dependencia emocional, las creencias de sumisión del hombre a la mujer y la idea irracional de que él cambiará juegan un papel fundamental.El ciclo de violencia sigue varias fases que se repiten en el tiempo. Tras cada "episodio violento", le sigue una fase de "luna de miel", en la cual el agresor pide perdón y asegura que no volverá a ocurrir. A continuación la tensión se va acumulando en la llamada "fase de escalada" hasta generar nuevamente otro episodio agresivo.
La percepción de indefensión en estos casos es muy alta. Si a esto le unimos un estado de ánimo depresivo, ansiedad y miedo, se nos antoja complicado el que una mujer acuda a pedir ayuda. Sin embargo, hoy en día el colectivo de la mujer cuenta con instituciones sensibles a esta problemática, donde se orienta, se da apoyo y se ofrece terapia psicológica.La mujer no está sola y prueba de ello son el Instituto De La Mujer, los Centros De La Mujer, los Centros De Acogida, el Servicio De Atención A La Mujer en las comisarías de policía, los Centros Municipales De Información A La Mujer…
Si queremos un mundo distinto empecemos por formar a nuestros hijos de forma diferente. La educación para la igualdad, en valores y en los derechos humanos fundamentales es el camino.
http://www.youtube.com/watch?v=1ICSK-nXhQ4 chojin – el final del cuento de hadas
Erróneamente a pie de calle se suele hablar de maltrato sólo cuando la violencia física está presente. Sin embargo, el maltrato lleva aparejado siempre un componente psicológico/ emocional. Ciertos comportamientos por parte del agresor lo delatan: amenazas, insultos, humillaciones, tácticas de aislamiento familiar y social, chantaje emocional, cambios de humor cuando la víctima no hace lo dictado por el agresor...Cada uno de estos hechos de forma aislada ya constituyen maltrato.Por otro lado, no olvidemos las agresiones sexuales cometidas dentro del seno familiar, la mayoría de ellas justificadas por la relación marital existente. Una agresión sexual puede ir desde una caricia, hasta la penetración anal/ vaginal asociada al uso de amenazas, insistencia ante la negativa de la pareja, fuerza física, intimidación o engaño.Por tanto, podemos hablar de tres tipos de maltrato: físico, emocional y sexual.
Una mujer maltratada tiene lesionado no sólo su cuerpo sino también inevitablemente su alma. Con una autoestima mermada y un sentimiento profundo de culpabilidad y desesperanza se enfrenta día a día a su infierno particular (muchas veces sin ser consciente del delito al que está siendo sometida). Justifica las agresiones a las que se ve arrastrada en base a su "mal comportamiento" o a condiciones inherentes a su pareja: alcoholismo, estrés, enfermedad mental... Se siente merecedora del trato recibido. En definitiva, está atrapada en una espiral de violencia de la que le resulta casi imposible escapar.
Si ha ocurrido una vez, no ocurrirá másFalso. La violencia doméstica forma parte de una espiral de violencia creciente. Si te pega una vez, lo volverá a hacer.
Los hombres que maltratan son enfermos mentalesFalso. En pocas ocasiones el maltratador está afligido de una enfermedad mental (esquizofrenia, psicosis...). Son conscientes del daño que provocan y responsables de su conducta. No existe un perfil de abusador típico, aunque sí un conjunto de creencias desviadas y de difícil modificación en la base de su personalidad.
Los hombres violentos lo son por naturalezaFalso. La mayoría no lo son fuera de su hogar.
La violencia doméstica la causa el alcohol y otras drogasFalso. El alcohol es una excusa en la que se parapeta el maltratador para justificar su violencia.
Los hombres maltratan porque han sido maltratados en la infanciaFalso. No existe una relación causal. La mayoría de hombres y mujeres abusados en la infancia no abusan en la edad adulta.
A veces se nos hace difícil entender el cómo y el porqué una mujer es capaz de soportar durante años un maltrato físico y psicológico.Un conjunto de factores se conjugan entre sí para sustentar en el tiempo esta situación.Por un lado la dependencia económica, la creencia de que un divorcio es perjudicial para los hijos... pero sobretodo la dependencia emocional, las creencias de sumisión del hombre a la mujer y la idea irracional de que él cambiará juegan un papel fundamental.El ciclo de violencia sigue varias fases que se repiten en el tiempo. Tras cada "episodio violento", le sigue una fase de "luna de miel", en la cual el agresor pide perdón y asegura que no volverá a ocurrir. A continuación la tensión se va acumulando en la llamada "fase de escalada" hasta generar nuevamente otro episodio agresivo.
La percepción de indefensión en estos casos es muy alta. Si a esto le unimos un estado de ánimo depresivo, ansiedad y miedo, se nos antoja complicado el que una mujer acuda a pedir ayuda. Sin embargo, hoy en día el colectivo de la mujer cuenta con instituciones sensibles a esta problemática, donde se orienta, se da apoyo y se ofrece terapia psicológica.La mujer no está sola y prueba de ello son el Instituto De La Mujer, los Centros De La Mujer, los Centros De Acogida, el Servicio De Atención A La Mujer en las comisarías de policía, los Centros Municipales De Información A La Mujer…
Si queremos un mundo distinto empecemos por formar a nuestros hijos de forma diferente. La educación para la igualdad, en valores y en los derechos humanos fundamentales es el camino.
http://www.youtube.com/watch?v=1ICSK-nXhQ4 chojin – el final del cuento de hadas
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2 comentarios:
Hola, debo decir que estoy 'condenado' (con 'hechos probados' pero 'perdonado') por falta de injurias (al ser sobre mi mujer se considera 'maltrato') y por consiguiente, según la ley, soy 'maltratador'. La verdad es que no me siento descrito por la descripción que hace del 'maltratador', aquí hay un error: puede ser de apreciación mía o de descripción. La verdad es que yo me siento una víctima de esa ley que también puede servir perfectamente para que la mujer 'abuse' de su posición como madre y anule al padre, en beneficio de los niños me dicen a mi! Para no alargarme (ganas no me faltan), cordialmente, xavier
Hola Xabier,
En este artículo hablo de la violencia de género en las mujeres, la cual existe y no se puede negar, si como dices te sientes victima, igual te sientes descrito en este otro artículo, que escribí:
¿Qué ocurre cuando es un hombre el maltratado?... cuyo enlace es:
http://www.mariagemmaopina.com/2008/07/qu-ocurre-cuando-es-un-hombre-el.html
Soy de la opinión de que la Ley de Violencia de Genero actual es discriminatoria, ya que no se juzga igual al maltratador que a la maltratadora, mientras al primero se le juzga por un delito, a la segunda se la juzga por faltas…
Al primero, sin necesidad de probar nada, automáticamente se le detiene… y deberá probar su inocencia…
Es cierto que hay mujeres que recurren a la Ley de Violencia de Genero, para conseguir beneficios en un posible divorcio… para conseguir custodias plenas… para poder justificar el incumplimiento del régimen de visitas… soy partidaria de una Ley en Igualdad, pero en igualdad plena, con custodias compartidas… ambos progenitores tienen el mismo derecho a estar con sus hijos… lógicamente en algunos casos probados no será así, pero si en la gran mayoría de separaciones o divorcios…
Te remito al otro articulo, en este hablaba de mujeres maltratadas y que realmente existen… de la misma forma que hay un perfil de maltratador… que es de lo que hablaba… hay un perfil de maltratadora, aunque este no se contemple…
Y puedes extenderte todo lo que quieras, todas las opiniones son siempre bienvenidas a mi casa…
También te puedes pasar por el blog de PPSL http://gemmadelegacionppslcantabria.blogspot.com/
Un saludo
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