Mis reflexiones, para que vayais conociendome

MIS REFLEXIONES.
Lo que mal empieza…Mal acaba, reza el dicho. Espero que, por una vez, la cultura popular se equivoque y los errores se corrijan en las urnas.Esperaba más de esta campaña, la verdad. Ya empiezo a acostumbrarme que los debates y mítines políticos se centren en la descalificación sustituyendo o anulando el único objetivo que toda campaña electoral debería cumplir: la presentación de las propuestas de futuro.
A mí me resultaría francamente difícil cambiar mi forma de pensar, no digo que no pudiera hacerlo, siempre hay métodos como el lavado de cerebro, pero creo que si lo hiciera perdería mi identidad.A lo mejor soy un bicho raro porque, según parece, reciclar la ideología es la nueva tendencia que se impone, eso sí sólo repintada porque desde antiguo son conocidos los tránsfugas de pensamiento político como “chaqueteros”. No dudo de que es una moda más interesada que de convencimiento.

JUVENTUD:
Cualquier edad del ser humano puede ser denominada como juventud, sólo es necesario colocar una categoría numérica delante y los cuarentones dejaremos de ser maduritos y podremos considerarnos muchachos y muchachas que viven la segunda juventud.

NIÑOS BIEN:
En mi mocedad, como hoy, me sentí una persona comprometida, sin embargo, ningún agosto pude participar, aunque me hubiese encantado, de un encuentro polideportivo para defender la libertad en toda su extensión.
La razón, simple y contundente, por ser huerfana de un obrero tenía que trabajar todo el verano para poder costearme parte de mis estudios, eso sí, en Universidades Públicas. Mientras curraba, en la misma costa donde, los antes, niños pijos disfrutaban del sol estival, yo atendía a los turistas y ellos practicaban el turismo nacional.
Ahora quieren abandonar la etiqueta de pijos, están en su derecho y pueden hacerlo, pero lo que no podrán negar es que son “niños de papá”.
Visten ropa de primeras firmas, calzan zapatos “diseño exclusivo”, conducen coches deportivos, estudian en universidades y colegios privados, tienen servicio que les atiende en casa, y la empresa de papá está esperándoles para cuando ellos “estén preparados” para “trabajar”. Cuando aprendan a vestirse con dignidad comprando en los mercadillos ambulantes; cuando sus libros y estudios se los costeen con el sudor de su frente; cuando les importe un pito que JiJi Lamour diseñe camisetas con su nombre, cuando hagan cola en las listas del INEM; cuando…, en resumen, cuando formen parte de la gran masa de trabajadores, entonces dejaran de ser pijos, y su compromiso, tal vez, sea real y no interesado.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL POLITICO CORRUPTO:
1- Amarás el poder más que a ninguna otra cosa.
2- Falsearás y destruirás cualquier nombre que se oponga a tus deseos.
3- Celebrarás fiestas en honor de tu gloria.
4- Enriquecerás a cuántos estén a tu vera, incluidos padre y madre.
5- Utilizarás la sangre para acallar las bocas que te juzguen.
6- Tus actos serán santificados, aún cuando sean crímenes.
7- Te apoderarás de todo bien que te complazca.
8- Cubrirás con la mentira el asesinato.
9- Alentarás el pensamiento egocéntrico y los deseos más pasionales.
10- Considerarás lo ajeno como propio.

LOS DEBERES:
El pan nuestro de cada día, de los padres que tenemos hijos en edad escolar, son los dichosos deberes. Acabamos de empezar un nuevo curso y las agendas de los niños están llenas de tareas que deben realizar en casa.
Pero, ¿cómo puede ser que estudiando seis horas necesiten dos o tres más de instrucción?

Cuando los padres intentamos dialogar con los profesores, sobre el debatido tema de los “deberes”, su respuesta es siempre la misma: “tenemos que ponerlos porque sino en la ESO fracasaran”.
Y dale…, no salimos de males. Mal la primaria y mal la Eso. El índice de fracaso escolar en España es altísimo. A los padres se nos margina del sistema educativo y no se nos permite que, a partir de las cinco de la tarde, eduquemos a nuestros hijos. Se nos impone la tiranía de continuar la instrucción de la escuela y afianzarla. El problema es que yo considero que mi hijo necesita una educación amplia y abierta, no sólo de asimilación de contenidos, también deportiva, lectora, participativa y social, sin embargo no puedo dársela porque el colegio, indirectamente, me está imponiendo su metodología en casa.
Si miramos a Finlandia nos damos cuenta de las diferencias de un sistema educativo y otro. Los nórdicos implican a los padres en la educación, el estado asegura y garantiza la “total gratuidad” del sistema escolar –de primaria a doctorado-, incluye libros, material, transporte e incluso comedor. Las aulas no tienen más de veinte alumnos y el respeto de la individualidad es absoluto. El método de enseñanza se fundamenta en la solidaridad y no en la competitividad. Los progenitores son totalmente libres de escoger Centro educativo para sus hijos. No hay escuelas privadas y apenas universidades que no sean estatales. La educación obligatoria empieza a los siete años y los deberes son, básicamente, ejercicios que no han podido terminarse en clase.
Y todo esto en un pais hasta hace poco considerado subdesarrollado.

PALABRAS CRUZADAS:
Cada día más, tengo la sensación de asistir como público a un partido de tenis donde las pelotas son palabras.
El tiempo pasa, los años cambian y, sin embargo, me doy cuenta de que ciertos términos nominales continúan estando en boga; aunque me cuesta entender su significado actual.Entre otros, liberalismo, progresismo, centrismo se repiten en los medios de comunicación, faltando, muchas veces, a su concepción original y generando confusión.
Hay quien nos dice que ya nadie se acuerda de los años de Franco. Muchos nos acordamos de las maniobras de una época porque nos educamos en ellas. Hay una generación que somos hijos del cambio. Nos formamos a caballo de dos mundos, entre una dictadura blanda y una democracia endeble y no queremos que nuestros hijos pierdan el derecho de la libertad, pero sabemos respetar que quieran o no ser liberales.
Hablar con propiedad, también debería ser un derecho.

LA ORA:
Las calles del centro del pueblo son, día a día, más azules. Los aparcamientos, que antes estaban demarcados por líneas discontinuas blancas, van desapareciendo y tornándose añiles.
En las aceras, para infortunio de los peatones, aparecen maquinitas expendedoras que, previo pago, te dan un papelito blanco dónde se refleja el rato que puedes estar aparcado en la zona azul.Los ciudadanos que pagamos religiosamente el Impuesto de Circulación podemos hacer uso de las vías, creo, pero del aparcamiento, según parece, no. ¿Por qué los/as señores/as alcaldes/as no nos dan un taloncito con horas fraccionadas para que aparquemos? ¿Es que acaso nuestro impuesto sobre el vehículo no contempla la posibilidad de la parada?¿Se entiende que debemos estar rodando con el coche o incrementando el bolsillo en beneficio de la empresa privada de parking?

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