
Yo no quiero dejarte prisionero de una organización que primero te inyecta el veneno del complejo de culpa, para decirte después que el único antitodo lo tienen ellos.
Yo no quiero que te enseñen a dividir la humanidad en buenos y malos, en fieles e infieles, en los "nuestros" y el resto.
Yo no quiero que maten tu rebeldía con un puñal de resignación, ni que amenacen tu bendita osadía con un infierno a su medida.
Yo no quiero que nadie dirija tu cama, que unos hombres que viven solos te digan lo que es familia, que la justicia social es envidia, el impulso natural lascivia y la libertad pecado.
Yo no quiero para ti ni su cielo, ni su infierno eternos, no quiero su bálsamo del no pensar, el bálsamo del perdón por nada, la cadena del complejo de culpa o el látigo del castigo divino, no quiero que compres almas por un plato de lentejas, ni que vistas a los desnudos a cambio de reemplazar al Dios que reza, para ti hijo mío, quiero paz de verdad, paz de humano, paz de hermano, amor de verdad, amor de humano, amor de hermano, esperanza de verdad, esperanza de humano, esperanza de hermano, para ti quiero todas las manos, toda la paz, todas las esperanzas y todo el amor, porque para ti deseo que todos los seres humanos sean tus hermanos, sin distinción de raza, sexo o credo, para ti quiero la plenitud de ser humano, hermano, entero y sin miedo.
La ha publicado Hannah.

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