Si para ascender en la vida, hace falta pisar a otros,
sin importar su muerte.
Si para alimentarnos mejor, es necesario dejar morir de hambre
al resto de la gente.
Si para conseguir la paz, es necesaria una guerra;
...nada ha aprendido el ser humano, a pesar de su insistencia
...nada ha quedado en limpio, después de tantos ensayos.
Si diciendo dulces palabras,
solo sirven para demostrar, brutalidad y egoísmo.
Si para olvidarse de quienes sufren,
es necesario recordar solo el propio porvenir.
Si para olvidarse de lo esencial,
es necesario negar la existencia;
...nada ha aprendido el ser humano
después de tanta insistencia,
...nada ha quedado después de tantos ensayos.
¿Quien puede gozar de la paz,
cuando cada brindis sea sobre muertes de inocentes?
¿Quién podrá dormir en paz,
cuando pesan sobre sus hombros horror y destrucción?
¿Quién será feliz con el recuerdo de tanto dolor, de tanta miseria y
tanto rencor?
Me parece hipócrita que, porque estemos a finales de año, tengan que ser buenos, ayudar al prójimo, tener buenos deseos y expresarlos. Bien, son así estos días porque se supone que es lo que se debe hacer..., y, el resto del año ¿qué?
No entiendo el derroche en luces en ciudades donde hay gente que malvive en esas mismas calles iluminadas hasta el deslumbramiento (¿qué tal destinar el 20% del presupuesto en bombillas a obras de integración de los sin-techo? Ah... que eso no es comercial, ya...). Que le pregunten a esa persona que descansa en un soportal cualquiera, con la cabeza apoyada en un macuto sucio y andrajoso casi tan enjuto como su propio cuerpo. Que le hablen de buenos deseos, de paz, de igualdad, de una entrañable cena en familia con un delicioso cordero asado sobre la mesa, bajo la colorida luz intermitente de un bonito árbol de navidad. De regalos, de felicidad y solidaridad.
Hay mucha gente que piensa que el domingo es una esponja que limpia los pecados de toda la semana. Henry Ward
Bajan las sombras, en mi dorada playa,
lentamente el frío, de mí se apoderó,
la arena que aún tibia, agrada a mis plantas,
invita a recostarme a compartir calor.
Mi pelo con el viento, parece telarañas,
mi rostro inmutable, le da la cara al mar,
quien sigiloso espera, a que todo se calme,
y que de una vez pueda, su rugir escuchar.
Mis manos en la arena, entierro muy despacio
como algún tesoro, tratando de encontrar,
más mi mirada fija en el fino horizonte,
detecta una goleta, que a puerto llegará.
De pronto una gaviota, cruzando mi paisaje
interrumpe su canto, mi envidiable relax,
después las blancas olas, bordadas con espumas,
saludan a la playa, todo en sombras está.
La luna allá en lo alto, con su corte de estrellas
seguro en esta noche, su baño tomará,
dejando a su paso, las estelas de plata,
con mensajes secretos, que nadie encontrará.
Pues el mar se los lleva, al mundo de las hadas,
que construyen en cristal, castillos de torres altas,
ventanales de coral, sueños dorados,
puertas mágica y paredes de eternidad.
Las nubes allá en el cielo
se pierden en la inmensidad,
testigos de una mujer sola
que vino a la playa a soñar.
El Cuenta-libros es un narrador que dedica de forma regular un tiempo a la narración de libros. Esta práctica antigua, quizá como la civilización misma, era frecuente hace un siglo en los pueblos de España. Hoy en día son verdaderos profesionales e incluso en algunas ciudades se dan maratones de libros.
Para ser un Cuenta-libros solo hace falta seguir estos pasos: Leer el libro varias veces.
Respetar la esencia que el escritor puso en el texto.
Adaptarlo al habla cotidiana, hacer creíble la historia por fantástica que esta sea.
Emocionarse con las palabras escritas para que al pasar por nuestros sentidos puedan llegar al que las escucha.
Romper el relato en tantas imágenes como sean necesarias para verla y reproducirla del principio al fin.
Decir siempre la fuente, el autor, el título del libro. Cualquiera que disfrute de un buen libro y sepa poner voces a sus protagonistas puede leer en voz alta…
Hay dos tipos de libros:
El libro popular y anónimo es una narración tradicional de transmisión oral. Se presenta en múltiples versiones, que coinciden en la estructura pero discrepan en los detalles. El mito y la leyenda son también narraciones tradicionales, pero suelen considerarse géneros autónomos.
El libro literario es el concebido y trasmitido mediante la escritura. El autor suele ser conocido. El texto, fijado por escrito, se presenta generalmente en una sola versión, sin el juego de variantes característico del libro popular.
En la gran biblioteca de mi casa hay muchos libros…
La Literatura nos brinda hermosos libros que pueden ser escuchados o leídos con placer por chicos y grandes…
Pierre Jacomet dijo "Si todos leyeran habría democracia, pero no imperio"
1 comentario:
Manda huevos...ya es otra vez Navidad...
o deberíamos decir solsticio de invierno.
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