Democracia en Noja

Fue un día marcado,
un día de elecciones,
cuando el arrogante flaco,
con galas y alas
de ser ministro de Estado,

pero solo alcalde,
con amor al lujo descarado
y constructor-promotor
pusilánime de mentiras
dijo a su reino,
moderno,
moderado, instrumental
y aborregado
que todo estaba de maravilla.

Prometía
las mismas cosas
si acaso saliese de nuevo elegido

y salio elegido.

Fue un día, democrático
de ejemplo
para el resto del mundo;
entre comillas.

Fue un día
de terrible
mediática pacotilla
repleto de corruptos actores
en el quehacer del egoísmo
y del poco quehacer de ciudadanos.

Fue un día
que bajo el riesgo inevitable,
muchos votaron comprados
porque ya daba lo mismo
quien sería el encargado
de desmontar lo poco
que aun al pueblo se le daba.

Fue un día

donde se oía,

por lo menos de robar,

que siga robando el mismo.

Fue un día,
obscuro y tradicional
en aquella
dictadura democrática,
donde el dinero, el frío,
el racismo, la vejez
y los sepulcros blanqueados
se habían hecho una costumbre.

Fue un día más en Noja.